Nuestra Ke$ha puede saber hacer muchas cosas, maneja el auto-tune como nadie, se ha hecho con el monopolio de la purpurina, pero de jugar a ser tatuadora como que no, vamos que si un día de borrachera a las 4 de la mañana te viene aquí la amiga para hacer un bonito dibujo en tu piel de porcelana, reacciona como si vieras al mounstro de Lago Ness y al del yeti a los dos, en tánden; escóndete, huye, corre como si no hubiera un mañana.
El otro día le debió de dar una sobredosis de purpurina y le dijo a su amigo Andrew W.K. ¿Te hago un tatuaje, haber como se me da el asunto? y el otro que debe ser medio borderline pues coge y acepta ¿Resultado? acabó el asunto como el rosario de la aurora, mientras ella lo tatuaba la zona empezó a infectarse y tuvieron que irse al hospital para que lo intervinieran de urgencia y por supuesto ella corrió a Twitter a quitarse el muerto de encima (no literalmente) aclarando que la infeción debió producirse por los instrumentos y que esos erán de él, ella no tenía nada que ver...
Eso sí Andrew le ha echado mucho humor al asunto, y ha dicho que la cicatriz que le ha quedado le queda realmente mejor que el tatuaje que pretendía hacerse. Si es que a veces el sentido común brilla por su ausencia.
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