Starmaníacos viciosillos , y con eso no me refiero a que Katy Perry se nos quede tal cual la trajo su madre al mundo para la revista, que va. La verdad es que ha sido una de esas entrevistas que a uno le enamora el alma porque hemos podido ver el lado más humano (para quien dudase de que nuestra Katy no era de este planeta) y ha confesado unos cuantos secretillos que tenía por ahí muy bien guardados y a bien recaudo. Pero eso sí, ella no desembucha así por las buenas, que antes le han vestido de Gucci con su nueva temporada Primavera/Verano 2011 y una vez que le han sacado fotos para poder presumir con las amigas a la hora del té con un buen panetone de por medio, entonces es cuando ha abierto la caja de los secretos y ha empezado a tirar del baúl de los recuerdos a lo Karina pero con dos tallas más de pecho.
De hecho, hablando de pechitos-pechotes y esas cosas que tanto nos gustan, la Perry ha reconocido que cuando era pequeña, mientras algunas se afanaban por meterse rollos de papel higiénico enteros entre sus dos almendritas para aparentar más, ella se encontró con dos auténticos dirigibles pegados al tórax y no sabía que hacer con ellos:
"Estuve cuadrada en una época de mi vida, lo estuve. Normalmente peso unos 60 kilos, lo cual es un peso perfecto para mí, pero cuando era una niña, tenía algo menos de altura y pesaba aproximadamente 66. Y no sólo eso, sino que además tenía unas tetas enormes y no sabía muy bien que hacer con ellas, así que llevaba ropa para minimizarlas la cual no era demasiado elegante ¡Aquellas correas gruesas de asno! Yo lo único que quería era parecerme a Kate Moss…
Vamos, que seguro que tenía motes la mar de ingeniosos en el colegio y eso acabó por traumatizarla. De hecho ella siempre ha dicho que le hubiese gustado hacerse una reducción de pecho porque a veces es exagerado lo que tiene. Y hombre, estéticamente entre tú y yo te digo que no queda mal, pero sé que estas cosas acaban por dar unos dolores de cabeza y de espalda increíbles, así que igual no sería mala idea después de todo..."
Y no solo habla de sus bubis, para nada. Habla de su señor esposo, con el que dice que está la mar de contenta, de como consiguen compaginar su vida laboral con la sentimental y de lo mucho que le quiere, le aprecia y le necesita. Y también nos desentraña algo sobre su futuro laboral y nos dice que le encantaría llegar al nivel de una diva en el buen sentido de la palabra. Igual no diva como nuestra Beyoncé, porque no se considera capaz, pero sí más al estilo Cindy Lauper (¿que pasa, que Cindy es menos que Beyoncé?) y se lo va a proponer. Si es que las tendrás grandes querida, pero las tienes bien puestas…
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