Resulta que estaba implicada en un accidente de coche, pero no era la culpable de ello. Cuándo la policía llegó al lugar, le dijeron que se bajase del coche y ella se negó. Pero no sólo se negó...¡Qué va! Insultó a los policías y se negaba a abrirles la puerta mientras repetía que ella no era culpable.
Pudieron ser los nervios o pudo ser una desobediencia a la ley y en este caso los policías la sacaron del coche y se la llevaron detenida.
Una vez dentro con las esposas puestas pidió perdón, pero ya era demasiado tarde.
La pusieron en libertad a las pocas horas para que pudiera volver con su pequeño, aunque se tendrá que enfrentar a un juicio en los próximos días.
No hay comentarios:
Publicar un comentario